Ventajas del aprendizaje de idiomas en bebés

En ABBEY IDIOMAS siempre nos ha inspirado el animo de avanzar e intentar estar en la vanguardia en la enseñanza de idiomas. En el caso de los bebes el desarrollo cognitivo y la asombrosa capacidad que estos poseen para absorber los idiomas nos animan a seguir investigando en aplicaciones practicas a nuestra metodología. Los resultados con bebes son asombrosos y nos animan a seguir.

Múltiples estudios como el realizado por Patricia Kuhl, de la Universidad de Washington, han comprobado que los niños poseen mayor sensibilidad estadística, por lo que pueden reconocer diferentes variaciones fonéticas con coherencia desde los tres meses, al no estar dominados por representaciones mentales. Ciertas herramientas modernas de la neurociencia como el MEG (Magnetoencefalógrafo), han demostrado que la complejidad cerebral de los infantes ejemplifica a la perfección el paradigma romántico de la “apertura celestial”, dada su capacidad de asimilación innata. Dicha cualidad se establece en un intervalo correspondiente entre los primeros 6 y 8 meses de vida. En dicho periodo, el monolingüismo es inexistente, y el aprendizaje de idiomas en bebés es totalmente equivalente, sin importar la nacionalidad, origen o raza, ya que se mueven por estímulos auditivos y no por construcciones socioculturales.

En ABBEY Idiomas tenemos muy en cuenta esto y nuestras clases comienzan a la edad de solo 12 meses.

¿Pero, cómo es esto posible?

Desde los primeros balbuceos, los bebés perciben y reinterpretan entonaciones propias, pues sus cerebros son totalmente permeables. Su instinto les lleva a focalizar sus capacidades cognitivas hacia el código imperante para sobrevivir según van creciendo. Pero al inicio, tan sólo asimilan fluctuaciones sonoras. En pocas palabras, si en un hogar se hablan diferentes dialectos, puede sincronizarlos a su antojo para expresar peticiones o intereses según la situación lo requiera. Por ejemplo: Si durante las comidas, los miembros de una unidad familiar, dialogan en inglés; el niño adquirirá dicha costumbre progresivamente; pero en cambio, si en las cenas conversan en español cambiará de código, ya que comprobará que es necesario para su comunicación.

Aquí es donde desde ABBEY Idiomas vemos la importancia de que los bebes estén expuestos a NATIVOS REALES ya que de forma natural y directa van a adquirir los sonidos correctamente para el resto de sus vidas.

Pues bien, está probado que la facilidad para la comprensión lingüística y discriminación sonora es increíble hasta los 7 años; comenzando a partir de entonces, una disminución sistemática del entendimiento idiomático, al convertirnos en oyentes cultura-dependientes.

Cuando un ser humano en edad madura aprende una lengua anexa a la nativa, debe hacer el esfuerzo de coordinar sus conocimientos y forjar unos pilares básicos basados en una intervención pedagógica y un continuo educativo, que alternará en función del receptor, necesidades de traducción, o entorno geográfico. En cambio, los niños toman conciencia a través de la exposición social al nuevo idioma mediante un período crítico de impregnación intuitiva e instrucción sensorio-motriz, siendo un procedimiento simple y natural simultanear varias lenguas sin confundirlas.

Relación con otro ser humano: Vital para el aprendizaje temprano

Para el aprendizaje de idiomas en los bebés es imprescindible la exposición física a un tercero, pues una serie de pruebas conductuales han revelado que el visionado de contenidos audiovisuales no es suficiente, pues no hacen hincapié en estimular la profundización acústica, vital para la adecuación coherente de códigos. Hasta la fecha, es una regla popularmente difundida; sin contacto humano no existe aprendizaje de idiomas en los bebés.

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